Un proceso cuyo centro neurálgico se sitúa en un punto limpio de más de 1.000 metros cuadrados, dotado con equipos innovadores para la separación, compactado o prensado de 30 residuos. Esto no significa que en sus instalaciones se dejen de generar residuos pero sí que la entidad se compromete a establecer planes y programas para su reducción paulatina. Desde el mes de enero de 2019, se han gestionado más de 1,9 millones de kilos de residuo.La obtención de esta certificación muestra la apuesta clara del Santander por la sostenibilidad, el respeto al medio ambiente y la colaboración con la economía circular como banco responsable; una apuesta que se basa en tres pilares fundamentales: reducir, reutilizar y reciclar. Así, se cierra el círculo de los ciclos de vida de los productos y se invierte la pirámide jerárquica de gestión actual basada en “usar y tirar”; cada residuo de un proceso puede ser una materia prima para otro.