Ademas, y en línea con la filosofía de la marca, el diseño y la conciencia social y medioambiental, todos sus chocolates presentan un cuidado y moderno packaging y están 100 % exentos de gluten, grasas hidrogenadas, ácidos grasos trans y aceite de palma Porque este año más que nunca nos merecemos una dulce Navidad, la icónica marca chocolatera Trapa propone diferentes opciones tanto para agasajar a nuestros seres queridos como para regalarnos a nosotros mismos un pequeño momento de placer. Sus productos son el fruto del cariño y la artesanía heredados de los monjes trapenses –fundadores de esta emblemática casa en 1891– y del esfuerzo de la marca en estos últimos años por adaptarse a las demandas del público actual a través de la innovación –desde 2013 ha invertido más de 30 millones de euros en I+D+i–, el diseño y la responsabilidad social y medioambiental. Un compromiso, este último, que la ha llevado a eliminar tanto el gluten, las grasas hidrogenadas y los ácidos grasos trans como el aceite de palma de todo su porfolio.
Musa de los maestros reposteros más célebres del mundo en los últimos tiempos, el chocolate blanco se ha convertido en tendencia y en una de las variedades favoritas el consumidor adulto. Para sus cada vez más numerosos adeptos, Trapa ha lanzado Trapa Bombones White, un estuche de diseño actual y 100 % reciclable que contiene siete piezas de bombones de las variedades Fragolato Bianco –relleno de crema de fresa– y Frutti di Bosco –con corazón de gelatina de frutos del bosque–.
El turrón de chocolate es, como el árbol o el belén, un clásico que en Navidades no falta en prácticamente ningún hogar español, por eso Trapa ofrece una nutrida gama con cinco referencias para los más chocolateros: turrón crujiente de chocolate con leche, turrón crujiente de chocolate negro, turrón crujiente de chocolate blanco –elaborados con un 14 % de arroz extrusionado que les aporta una textura crocante y deliciosa–, turrón de chocolate con leche con almendras y turrón de chocolate con leche con avellanas, ambos con un 25% de fruto seco entero. Todos ellos presentan un packaging elegante, moderno y muy navideño y son el resultado de una nueva formulación, inspirada en la receta secreta y centenaria de los primeros monjes que habitaron el monasterio de San Isidro de Dueñas, en Palencia –donde se ubica la fábrica desde su fundación–, pero debidamente actualizada a través de nuevas técnicas que intensifican el sabor del chocolate en contacto con el paladar y de ingredientes naturales de máxima calidad.
Desde que en 2013 fuera adquirida por una nueva propiedad de capital 100% español, Trapa ha apostado por la renovación de su gama tanto en lo referente a su formulación como a nivel de imagen. Fruto del cuidado que pone en el diseño, la marca ha relanzado su estuche Artesanía optando por un formato de 72 g perfecto para tener en casa y disfrutar a cualquier hora o para poner estas Navidades debajo del árbol. El nuevo packaging, de un estiloso color naranja, contiene cuatro nuevas variedades de bombones: Praliné –bombón de chocolate negro relleno al cacao–, Avellana –una armoniosa combinación de suave praliné de avellana cubierto de chocolate con leche–, Arancio –bombón de chocolate negro relleno de praliné sabor naranja– y Caramelo, de chocolate con leche relleno de praliné sabor caramelo, que sustituye al antiguo bombón de café para eliminar la cafeína del producto y sus correspondientes limitaciones nutricionales para niños y embarazadas.
Fundada en 1891 por los monjes trapenses, Trapa es una de las firmas chocolateras más icónicas y queridas de nuestro país. Una empresa pionera y 100% española que a partir de 2013 inició un nuevo rumbo de la mano de una familia palentina que quiso invertir en su tierra y modernizar la marca y su portfolio en base a tres pilares: innovación, estilo y conciencia social y medioambiental. En la actualidad Trapa cuenta con 150 trabajadores, con más de 120 distribuidores en España y con presencia en 50 países (entre los que se encuentran Italia, Polonia, Países Bajos, Suecia, Hungría, Kuwait, Egipto, Israel, Corea y Japón) así como con un portfolio de 290 referencias que son el resultado de una fuerte inversión en industria e I+D+i y de la mejora en las formulaciones que, inspirándose en la artesanía y el savoir faire de 129 años de historia, buscan siempre mejorar el sabor.