Se trata de un producto con capital garantizado al 90% y con el que el banco ofrece a sus clientes la oportunidad de contribuir, desde 5.000 euros, a proyectos rentables y con un impacto positivo en la sociedad. La rentabilidad del bono, con vencimiento a tres años, está ligada a la evolución del índice Eurostoxx 50 ESG-X.
Los fondos captados con este producto, elaborado por Santander Corporate & Investment Banking (CIB) y comercializado a través de la red comercial del grupo, se destinarán a la financiación de proyectos gestionados por Santander que cumplan con criterios de sostenibilidad, concretamente se utilizarán para financiar proyectos
de energía eólica y solar.
La colocación forma parte del plan global de emisiones sostenibles del banco, con el que se financiará actividad verde, social o sostenible como parte de las iniciativas de banca responsable de Santander. Anualmente se publicará un informe en el que se detallará el uso de los fondos y el impacto que está teniendo la financiación.
El banco emitió en octubre de 2019 su primer bono verde para inversores institucionales por importe de 1.000 millones de euros. Según el informe anual de esta emisión publicado hoy, la operación ha permitido financiar 32 proyectos solares y fotovoltaicos con una capacidad instalada superior a los 6.300 megavatios (MW). De
acuerdo con la cuota de financiación de Santander en estos proyectos, se ha evitado la emisión equivalente al consumo de dióxido de carbono (CO2) realizado por más de 700.000 hogares en un año. El pasado junio, Santander lanzó otro bono verde, una emisión sénior no preferente de 1.000 millones de euros.
Santander se ha comprometido a ser neutro en carbono en 2020 compensando las emisiones que genera, eliminar el plástico de un solo uso innecesario en sucursales y edificios corporativos en 2021 y a consumir el 100% de la electricidad a partir de fuentes renovables en 2025 en los países donde sea posible certificar la
fuente de la electricidad.