El doctor ha comenzado su intervención dando un contexto histórico sobre las pandemias que ha vivido el mundo moderno y de cómo se ha evolucionado desde que se creó la primera vacuna, hasta llegar hoy día a las que ya están aprobadas para luchar contra el coronavirus. Director del Grupo de Parasitología Molecular, Larraga y su equipo han desarrollado recientemente una vacuna para la leishmaniosis canina y ahora trabajan en la búsqueda de un sistema de inmunización de ADN recombinante frente al virus SARS-CoV-2.
Se trata de uno de los proyectos más avanzados que se desarrollan en España para lograr una vacuna contra la COVID-19. Por el momento solo las vacunas de Pfizer y Moderna han pasado todas las fases de validación. Por su parte, Reino Unido, India y México también han aprobado la vacuna de Oxford AstraZeneca, pendiente de aprobación por la FDA o la EMA, reguladores estadounidenses y europeos, que permitiría su aprobación por parte de la OMS (aunque la Agencia Europea del Medicamento podría permitir la comercialización del fármaco, el tercero en la UE, el próximo 29 de enero)
Larraga ha comentado las dudas relacionadas con el tipo de personas que pueden recibir las actuales vacunas. “Las vacunas son para toda la población aunque pueden existir excepciones dependiendo de las circunstancias de cada persona”, ha afirmado concretando que los casos con patologías previas deberán ser analizados específicamente. La búsqueda de la vacuna para el COVID-19 es un reto para los protocolos, los tiempos y las patentes en el mundo de la ciencia. La velocidad de vértigo que ha asumido la investigación desde principios de año ha puesto al método científico contra las cuerdas, generando la eclosión de fenómenos como los ‘preprints’o prepublicaciones (artículos sin revisión de otros científicos) y los resultados preliminares, que ahora se convierten en noticia en los medios de comunicación.
Según su opinión, también debe vacunarse los grupos de menor riesgo como los jóvenes ya que “hay bastantes personas del segmento de 20 a 40 años que enferman y mueren, o tiene secuelas graves, por lo que sí hay que vacunarse”. Mientras que sobre las mujeres embarazadas, el doctor ha comentado que es un grupo que “no se integra nunca en los grupos de vacunación”, así como los menores de edad.
Uno de los bulos más difundidos, que el experto ha desmentido, es que no pueden vacunarse las personas con alergias a los antibióticos: “No es cierto, se pueden vacunar perfectamente. Y sobre eso puedo hablar con conocimiento de causa porque yo soy alérgico a los antibióticos”.
Larraga ha mostrado su confianza en las vacunas que actualmente se están inoculando. “Es muy muy improbable que las personas vacunadas puedan contraer la enfermedad. La mayoría de vacunas protegen al 95%”, ha afirmado. Sobre esto ha querido aclarar que los casos de contagio observados en pacientes vacunados de la primera dosis, se han debido a que ya estaban contagiados antes de esa primera vacunación y no por una nueva infección. En esos casos, lo que vacuna va a permitir es que los efectos de la enfermedad sean más leves.
Una de las inquietudes que más preocupa es si la vacuna va a suponer el final del virus. “Desde luego la vacuna es la solución”, asevera contundente. “Cuando se introduce masivamente una vacuna, la enfermedad baja de una forma muy notable. La epidemia acaba gracias a las vacunas”, añade aclarando que seguirá habiendo casos limitados hasta que se erradique la enfermedad, algo que llevará más tiempo. Para ello, es probable, según su punto de vista, que tengamos que vacunarnos periódicamente al menos en los próximos dos o tres años “hasta que el virus pierda su agresividad y se integre en la cohorte de virus respiratorios, como pasó hace diez años con la gripe aviar”.
En el caso de España, el doctor sitúa el verano de 2021 como fecha clave en la remisión de la pandemia. “Si vamos al ritmo actual, que me parece que va a incrementarse, en mayo o junio debería haber un porcentaje importante de personas ya vacunadas y la epidemia debería empezar a bajar. Probablemente, a principios de verano se va a notar ya que la epidemia baja”
Larraga se ha referido a las diferentes vacunas que actualmente están ofreciéndose. El experto ha aclarado que todas ellas tienen el mismo mecanismo, son equivalentes al “estar basadas en atacar y bloquear la proteína que utiliza el virus para entrar en las células”. Todas las vacunas tienen el objetivo de evitar el contagio y reducir la transmisión. Además, ha explicado que no existen diferencias entre la inmunidad generada tras superar la enfermedad y la adquirida por la vacuna.
Sobre la posible mayor seguridad que puedan ofrecer las vacunas basadas en ARN ha explicado que “todas las vacunas de tercera generación – como las basadas en ARN – son sintéticas y se ha comprobado su ausencia de toxicidad”. Además, ha desmentido el bulo de que este tipo de vacunas modifiquen el ADN de las personas que la reciben. “La ARN es una molécula muy frágil y dura muy poco tiempo, una vez que ha realizado su función se destruye”. A lo que ha añadido que “tanto el ADN recombinante como la ARN no se integran en el ADN de la persona vacunada. Nunca. No ha habido ningún caso y llevamos años comprobándolo”.
Contundente también se ha mostrado al ser preguntado por la rapidez en la aparición de la vacuna y la incertidumbre que esto pueda generar. El doctor achaca esta velocidad a la colaboración científica internacional: “En enero ya existía toda la secuencia de los genes del virus y eso ha ayudado a ir más deprisa. Las pruebas de fase clínica casi se han solapado, lo que ha adelantado mucho el desarrollo”. Larraga ha querido señalar dos factores que considera determinantes en este éxito: por un lado, las tecnologías utilizadas ya se usaban antes, y por otro, la seguridad se ha asegurado en todas las fases.
Las vacunas actuales están preparadas también ante las mutaciones del virus. El médico afirma que actualmente hay unas 12.800 mutaciones del virus registradas y “ninguna afecta a ser sensibles a las vacunas”. No obstante, si en el futuro hubiera una mutación que ofreciera resistencia a la vacuna, “con las tecnologías que tenemos se haría una vacuna efectiva en muy pocas semanas”.