El Hot Pot consiste en una olla fabricada artesanalmente con cobre y esmalte cloisonné -una antigua técnica para decorar objetos metálicos-, cuyo origen se remonta a la cocina de Manchuria durante las Dinastías Shang y Zhou, hace más de 4.000 años. La olla cuenta con dos partes: un compartimento inferior donde se sitúa el fuego y la parte superior que contiene la sopa. Este Hot Pot se coloca en el centro de la mesa y son los propios comensales quienes van añadiendo todos los ingredientes para que se vayan cocinando poco a poco en el caldo.
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De esta manera, el menú ‘Hot Pot Imperial’ supone un auténtico ritual que da la bienvenida al Año del Buey de Oro, y como consecuencia, un símbolo de fortuna, felicidad y una larga y próspera vida. Asimismo, China Crown busca ofrecer una experiencia gastronómica y cultural única, que permita sumergir a los comensales en las tradiciones chinas más puras y exclusivas, al mismo tiempo que disfrutan de una explosión de sabores, olores y texturas.
Desde la calle Don Ramón de la Cruz, 6, China Crown recrea las recetas que se perfeccionaron en las grandes cortes chinas durante miles de años. A cargo de los fogones está el joven chef Felipe Bao, quien tiene la misión de mostrar una gastronomía china tradicional menos conocida en Occidente. Además de su emblemático Pato Imperial Beijing, los dim sums, los arroces, los mariscos y las elaboraciones con terminaciones intensas, tanto en sabores picantes como agrios o dulces, son las características que coronan a este restaurante como el templo de la cocina imperial china de Madrid.
A través del Hot Pot Imperial, China Crown ofrece un ritual único como homenaje al Año del Buey de Oro. Este plato milenario se caracteriza por su método de cocción, ya que el caldo, junto con todos los ingredientes, se van cocinando en directo delante de los comensales, gracias al fuego que contiene en la parte inferior. La olla utilizada data de las Dinastías Shang y Zhou, hace más de 4.000 años, y en sus orígenes se utilizaba a modo de catering o banquete entre los emperadores. La receta correspondiente al Hot Pot, que sólo la elaboraban cocineros de renombre, ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en un icono tanto en China como a nivel internacional.
La olla ha ido evolucionando a lo largo de los años, en cuanto a forma y compartimentos, aunque siempre ha mantenido la misma base estética. Está fabricada artesanalmente con alambres de cobre, recubiertos de esmalté cloisonné, una antigua técnica que se utilizaba para decorar utensilios metálicos. Los alambres de cobre se sueldan para formar un patrón y después se cubren con esmalte de varios colores, se hornean, se doran y, por último, se pulen.
Esta técnica en China surgió en Beijing, siendo además el lugar de producción más importante. El cloisonné, junto con el jade, el tallado de dientes y el tallado en laca, se consideran “las cuatro técnicas por excelencia de artes y oficios de Beijing”.