Pero de lo que cada vez hay menos dudas es de que el independentismo simpatiza con ellos y los utiliza para sus propio fin. Así que a nadie le puede extrañar que aprovechando que la mañana del domingo es un tiempo de tranquilidad y convivencia pacífica los energúmenos independentistas han sustituido a los radicales callejeros, y han tomado las calles al grito de "Ya somos el 52 %", exigir a las fuerzas nacionalistas que se pongan de acuerdo entre sí para formar la próxima Generalitat.
Así y sobre los rescoldos de la última noche de violencia la ANC ha congregado a sus fieles en el centro de Barcelona para exigir a las formaciones políticas que traduzcan los resultados de las elecciones catalanas del 14F en la constitución de un Govern de carácter independentista, acompañándolo de gritos de "Puigdemont, nuestro presidente", "Independencia" y "1-O, ni olvido ni perdón", banderas 'esteladas' y pancartas que piden el fin de la "represión" y la libertad de los líderes independentistas encarcelados por el "procés".
Todo ello no hace mas que poner sobre el tapete que la opción de que el ganador de los comicios, el socialista Illa, sea el presidente del próximo gobierno de Cataluña ha sido archivado al no poder formar algún tipo de mayoría con los partidos más de izquierda. Y es desde ese mismo flanco, desde el que los Comunes ofrecieron ayer a ERC formar Gobierno y depender del PSC en apoyos puntuales.
Así que el independentismo inicia su larga marcha hacia la independencia