La información que revela el diario El Economista tiene tal importancia que parece extraño que Moncloa no haya reaccionado, aunque con la política cortoplacista de Moncloa no hay que extrañarse de este comportamiento ya que la política exterior de Sánchez no existe, ni se la espera, pero eso tarde o temprano nos pasara una altísimo precio. Cierto es que el secretario de Estado, Blinken, mantuvo contacto el pasado 16 de febrero con la Ministra González Laya, pero incluso dicha llamada llegó después de que el principal diplomático estadounidense diera prioridad a su homólogo griego, Dendias, quien recibió el telefonazo de Washington un día antes. Y en las relaciones internacionales, el orden en la lista importa. De hecho, el contacto del responsable del Departamento de Estado con su homóloga española llegó 40 países y 22 días después de iniciar sus contactos con el exterior.
Previamente, el primer contacto oficial entre EEUU y España se produjo el pasado 2 de febrero pero con funcionarios de segunda línea, cuando el asesor de Seguridad Nacional Sullivan charló por teléfono con Aparici, asesora de Exteriores del presidente de España. Sullivan le trasladó el compromiso de la administración Biden de estrechar la relación entre ambos países. Ambos acordaron trabajar juntos en políticas diplomáticas, incluyendo China, Latinoamérica y el Sahel.
En este sentido, no hay que dejar caer en saco roto que la lista de dirigentes mundiales que han podido conversar por teléfono con el presidente norteamericano supera ya la veintena. El problema es que Sánchez limito a un Twitter su felicitación a Biden deseandole "suerte" y mostrándose preparado para cooperar con EEUU y hacer frente a los grandes retos globales. Ante tamaño ridículo, en la Casa Blanca simplemente se señala que "todavía no hay calendario para una llamada entre el presidente Biden y el presidente Sánchez"
No hace falta recordar la cantidad de relaciones bilaterales entre España y EE UU pero eso a Sánchez que solo trabaja y piensa en como mantenerse en el sillón, no le preocupa y pasa de todo ello. El daño nos lo llevaremos los ciudadanos en nuestros bolsillos.