Además, contribuyen a rehabilitar el patrimonio de Castilla La-Mancha mediante la cesión a la Junta de edificios históricos susceptibles de reconvertirse en hoteles. Así, en lo sucesivo la red acogerá nuevas hospederías públicas como la Real Fábrica de Bronces de Riópar (Albacete), el Convento de Santo Domingo de Villanueva de Los Infantes (Ciudad Real) y la Real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara), perfecto ejemplo de institución expoliada y dotada de una segunda vida gracias a esta iniciativa. Por lo pronto, los cinco hoteles actuales, cada uno con sus particularidades, hablan el lenguaje común de la región y resumen sus atributos
Concebido como un oasis de puro hedonismo, Molino de Alcuneza es uno de esos establecimientos que determinan la elección del destino. Su historia se remonta a 1992, cuando los padres de Blanca y Samuel Moreno, actuales propietarios, deciden comprar un molino de piedra del siglo XV a las afueras de Sigüenza y rehabilitarlo para transformarlo en un hotel boutique con 17 habitaciones, restaurante y spa. Poco a poco y gracias al empuje de los dos hermanos, que pronto tomaron las riendas del negocio familiar, el establecimiento fue convirtiéndose en todo un referente de la hotelería de lujo gracias a una ubicación privilegiada, en plena naturaleza; a una cuidada decoración; a la atención exquisita que brindan sus anfitriones y a una gastronomía de altura asentada en las bases de la cocina de proximidad.
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El restaurante de Molino de Alcuneza, galardonado con una estrella Michelin, está dirigido por el propio Samuel (formado en comedores de la talla de El Celler de Can Roca y con algunos de los mejores reposteros y panaderos de Europa) y en él cobra vital importancia el pan, que el chef elabora en su propio obrador a partir de granos autóctonos caídos en desuso y recuperados en cultivo ecológico y de las mismas levaduras con las que se hacía el pan hace 500 años en el Molino de Alcuneza. Un molino que aún funciona y que preside el salón social del hotel. Amén de la variedad de panes artesanos (una de las mejores del país), su vanguardista propuesta se distingue por el uso de una materia prima excelsa, de temporada y eminentemente local en la que no faltan las verduras ecológicas de cultivo propio, las carnes y chacinas de Sigüenza, las truchas del Alto Tajo, las legumbres ecológicas de Palazuelos y los espárragos y caracoles del valle del Henares, a 30 kilómetros del hotel. A nivel culinario, cuenta además con una carta de almuerzos para disfrutar en la terraza (muy basada en el producto), mientras que de las instalaciones del hotel destacan también su amplio y cuidado jardín con piscina de verano y el spa, de uso privado, con carta de tratamientos y masajes individuales o en pareja.
El Palacio del Infante don Juan Manuel Hotel & Spa está ubicado en la que fuera la primera fortaleza de Belmonte (uno de los municipios patrimonialmente más ricos, tanto de la provincia de Cuenca como de toda Castilla-La Mancha), construida en 1323 sobre una anterior edificación visigoda. Fue el lugar de nacimiento de don Juan Pacheco (primer Marques de Villena, quien ordenaría la construcción del actual Castillo de Belmonte), convertido en monasterio en 1499 y, ya en el siglo XX, transformado en hospedería con la idea de ser una Venta Del Quijote que diera hospedaje a los viajeros de la ruta.
Entre los muros de este edificio cargado de historia, que ha sido completamente rehabilitado pero que conserva la esencia de la arquitectura originaria, se encuentra en la actualidad un hotel de lujo equipado con todas las comodidades: cuenta con 39 espaciosas habitaciones alrededor de un hermoso claustro central; un jardín con piscina exterior en el que se hace más evidente esa fusión entre tradición y modernidad patente en todo el complejo; un spa en el que relajarse tras disfrutar de una ruta enológica o cultural por la zona (donde destacan el citado Castillo de Belmonte, la Colegiata de San Bartolomé y los pueblos de Mota del Cuervo, El Toboso o Campo de Criptana, descritos en la célebre obra de Cervantes); un bar-cafetería y el restaurante Los Alarifes, que debe su nombre a los maestros de obra andalusíes que construyeron en el siglo XIV el primer alcázar de Belmonte sobre el que se sitúa el hotel. Inspirándose también en la maestría de estos constructores, cuya obra sigue en pie transcurridos los siglos, el equipo de cocina de Los Alarifes pone en valor la cocina tradicional manchega, con especial atención a los platos típicos de los Montes de Toledo y a la caza mayor, una de las especialidades de la casa. Cuenta además con una amplia carta de vinos, muchos de ellos de manufactura local. La plaza Mayor de San Carlos del Valle, municipio perteneciente a la comarca de Campo de Montiel (Ciudad Real), está considerada como una de las más bonitas de nuestro país.

Su apuesta por la gastronomía y los productos locales son también santo y seña de la casa. En la recepción pueden adquirirse viandas de la zona; tiene una coqueta terraza en la entrada, habitualmente dominada por los residentes en la villa, contribuyendo a esa mímesis con el ambiente que busca el turista que recala en la región, y en su interior alberga un restaurante donde son protagonistas las carnes y pescados a la brasa, el bacalao en diferentes versiones y los platos típicos manchegos (gachas, lomo de orza, Duelos y Quebrantos, platos de caza...). Mención especial merece su bodega, donde priman etiquetas de la Mancha, aunque no faltan los grandes chateaux franceses y vinos italianos. Cuenta además con una pequeña sala de catas donde el cliente puede elegir el vino antes de comer.
Situado al comienzo de la calle más señorial del casco antiguo de Cuenca, a escasos metros de la Catedral y de la plaza Mayor y con unas vistas únicas sobre la hoz del Huécar, el hotel de gestión familiar Convento del Giraldo debe su nombre a una de las torres que forman parte del imponente edificio palaciego en que se ubica. Se trata de una construcción del siglo XVII levantada como casa fundacional de la Congregación de las Madres Celadoras (curiosamente, en la segunda planta siguen dispuestas sus dependencias religiosas), que posteriormente sirvió de vivienda tanto a familias de antiguo linaje como, ya en la historia reciente, durante la primera mitad del siglo XX, al escritor, periodista y folclorista Luis Martínez Kléiser.

Muy cercano a la catedral y al Alcázar se ubica el hotel boutique Adolfo, grupo fundado por el restaurador Adolfo Muñoz en 1979 y unido indisolublemente a la ciudad de Toledo desde sus orígenes. Considerado uno de los padres de la cocina manchega renovada, Muñoz define el establecimiento como “un proyecto para la ciudad” y lo construye sobre las bases de lo natural y lo bio, que también se vislumbran en la cocina que aquí se practica: “muy natural y tradicional, muy del interior y del terruño, de las denominaciones de origen, del uso de productos con trazabilidad, locales y de calidad diferenciada”. Con su inauguración, el establecimiento, que ocupa un precioso inmueble de principios del siglo XX, consolida el dominio del sello Adolfo en el casco antiguo de la ciudad manchega.

MOLINO DE ALCUNEZA
Carretera de Alboreca, km. 0,500. Alcuneza, Sigüenza (Guadalajara). Teléfono: 949 39 15 01.
Web: www.molinodealcuneza.com
PALACIO DEL INFANTE DON JUAN MANUEL
Calle Infante Don Juan Manuel, 2. Belmonte (Cuenca). Teléfono: 967 17 07 84.
Web: www.hotelspainfantedonjuanmanuel.es
HOSPEDERÍA SANTA ELENA
Plaza Mayor, s/n. San Carlos del Valle (Ciudad Real). Teléfono: 926 63 00 26.
Web: www.hospederiasantaelena.com
HOTEL CONVENTO DEL GIRALDO
Calle San Pedro, 12 (Cuenca).
Teléfono: 969 23 27 00.
Web: www.hotelconventodelgiraldo.com
HOTEL BOUTIQUE ADOLFO
Plaza de Zocodover, 14 (Toledo). Teléfono: 925 252 919
Web: www.hotelboutiqueadolfo.com