La novela, con más páginas de las que acostumbra, quiere ir más lejos que en las ocasiones anteriores y, aunque siempre ha procurado estar bien documentado sobre lo que escribía, en ésta, al tratar de la lucha contra ETA, no solo se ha documentado ampliamente, sino que se ha basado en hechos reales pero suficientemente deformados para que no se vea en ellos a los auténtico protagonistas de esa larga y terrible época de la historia de España.
Aunque parte de un asesinato actual en la isla de Formentera y también escenificado en Ibiza, dado que la víctima es un antiguo combatiente etarra, le va a dar ocasión de ir contando una historia paralela que realmente es la más importante y el núcleo de la narración. Estos paisajes le van a dar la oportunidad de describir algunos lugares emblemáticos de esas dos islas, aunque también tiene oportunidad de enseñar la bella tierra de Guipuzcoa.
El hombre que aparece asesinado en Formentera es un antiguo miembro de ETA, aunque no empuñara las armas y no tuviera delitos de sangre y esta es la razón por la que su antiguo Jefe, Pereira, le manda a investigar. Y desde aquí comienza, alternando con la investigación, el relato de los años en que un joven guardia, Bevilaqua, estuvo metido en los momentos más difíciles de la lucha contra el grupo terrorista. No solo se van a describir el entrenamiento de los Guardias civiles, sino los momentos duros, trágicos, los interrogatorios y las maneras de actuación de aquellos momentos, sino también la historia, la manera de interpretar los hechos de los terroristas, su filosofía y como no el ambiente de los pueblos vascos y del terror que hay en ellos y el odio injustificado que tienen a España y los españoles, personificados en la Benemérita. No falta tampoco la descripción de los militantes que no están de acuerdo con la barbarie y los asesinatos indiscriminados. Es evidente que el autor ha meditado ampliamente sobre estos sucesos para poder llevar a cabo los diálogos y situaciones históricas, logrando un buen relato, generalmente equilibrado y objetivo.
La investigación va a discurrir a través de todos estos hechos, pero además entraremos en otros ambientes, ya que el asesinado era homosexual. Esta circunstancia inventada por Lorenzo Silva es el origen de algunas páginas sueltas salpicadas de un contenido sexual explícito
De Formentera e Ibiza hay que pasar a las tierras vascas para llegar a la solución del asesinato y satisfacer la curiosidad del lector ante el incomprensible despliegue de medios que los jefes ponen a disposición de Vila para descubrir la trama. Chamorro que en las primeras páginas cae herida en una misión, se incorpora casi al final, dando esas notas de intuición que la caracterizan, iluminando al subteniente Vila.
La novela no tendría por protagonista a Vila si no hubiera algún clásico de fondo, y aquí es la guerra del Peloponeso narrada por Tucídides que va ilustrando el horror y el error de los habitantes de Corcira luchando entre ellos e iluminando el relato actual y dando título a la novela.
El mal de Corcira
Lorenzo Silva
Destino, Madrid, 2020, ISBN: 978-84-2335756-7, Págs. 540 págs.