De verdad creen ustedes que los fraudes en I+D+i son tema ya ignorado e infrecuente en el mundo de las adjudicaciones públicas…
Al menos para nosotros no es así porque, desde siempre, hemos tenido claro que las adjudicaciones públicas en I+D+i son demasiado a menudo fuente de fraude y que ignorarlo ha sido la causa fundamental de su proliferación.
Ahora se nos dice que los casos que se denuncian suponen una fracción muy pequeña, la punta del iceberg, que el problema en España y en otros países es que, aunque los estudios sugieren que el fraude científico es anecdótico, que no hay información al respecto, que hay pocos datos a nivel nacional, que nadie se ha preocupado de hacer un análisis sobre la frecuencia del fraude científico, que en los EEUU suelen calcular entre un 1 y un 2% el total de los defraudadores y que en Europa, aunque se hayan tomado algunas medidas, tampoco existe demasiada información sobre el tema.
Recordemos que en España sí que, al menos, en su momento se tomaron las correspondientes medidas legales para evitar los fraudes en las adjudicaciones y su posterior desarrollo, pero que, como demasiado a menudo ocurre, la falta del seguimiento posterior y la ausencia de controles sobre los proyectos, terminan siempre por arruinar lo proyectado.
El 27 de noviembre de 2015, el Consejo de Ministros aprobaba al fin, -(tras más de cuatro años desde que fuera prevista por la Ley 14/2011, de 1 de junio, "De la Ciencia, la Tecnología y la Innovación")-, la Agencia Estatal de Investigación para la "financiación, evaluación y asignación de los fondos de I+D+i y ya entonces nosotros afirmábamos en Agrolibre, -(ver el artículo del 3 de diciembre de 2015"¡Ya era hora!¿se terminarán los despilfarros públicos?"), que :
"…aunque ahora, por fin, se trata de mejorar la eficacia de los servicios públicos , incorporando nuevas técnicas para la evaluación, control, resultados y procedimientos administrativos, para el correcto desarrollo de los proyectos de I+D+i en los proyectos con participación y asistencia de las Administraciones Públicas nosotros, desde hace una década, desde los comienzos de Agrolibre, seguimos demandando a las Administraciones públicas una correcta utilización de los fondos de I+D+i ".
Recordemos algunas de las opiniones y denuncias que, desde hace ya casi una década, venimos realizando desde Agrolibre, sobre los fraudes y despilfarros en los fondos I+D+I .
A.- En julio del 2008, aplaudíamos a la entonces nueva Ministra de Ciencia y Tecnología, Cristina Garmendia, porque en una de sus primeras manifestaciones ante la prensa dijo, en línea con nuestros deseos, que:
"se está haciendo un gran esfuerzo presupuestario en I+D+i, pero que se detectaban carencias en la transferencia de tecnología y conocimiento, organizándose una serie de instituciones que han intentado hacer todas de todo, y es hora de reflexionar sobre la misión de cada una de ellas. Es objetivo prioritario organizar de una forma eficiente la cadena de valor del conocimiento; el talento no tiene nacionalidad".
Pero al margen de nuestro aplauso inicial le reiteramos una vez más a la nueva Ministra la necesidad de "reflexionar sobre la gestión, evaluación, financiación y eficiencia del gasto de I+D+i. Ministra ten presente, le dijimos, que hoy "demasiadas Entidades e Instituciones Autonómicas están en eso de “hacer todas de todo”. Ministra se coherente, actúa y evita despilfarros y solapamientos."
B.- A comienzos del año 2009, volvíamos sobre el tema y demandábamos una Ley para coordinar los I+D+i entre Comunidades y Estado ya que hoy, decíamos a la Ministra "tenemos CC AA que antes no existían y para más inri, algunas con sus propios estatutos de I+D+i.
Además de una Ley coordinadora, la Administración Pública debe ser más agresiva, pues, salvo contados proyectos orientados a algunas investigaciones de excelencia, la mayor parte de los programas de I+D+i no tienen consecuencias positivas para la Sociedad española, ni en la generación de empleo, ni como herramientas principales para aumentar la competitividad empresarial.
¡¡Como añoramos, recalcábamos, los baratos y preautonómicos ICONA,. INIA, IRYDA, Extensión agraria….que sin la modernidad del I+D+i cambiaron el agro español. Compartimos señora ministra su desesperación ante la descoordinada y difícilmente recuperable investigación, desarrollo e innovación."
C.- En el año 2010, en un artículo titulado "I+D+i ¿Hachazo o poda?":
.insistíamos en la necesidad de solucionar los graves problemas arrastrados desde muchos años antes por la investigación española y señalábamos uno de los fenómenos de los que más se habían aprovechado los cazadores de “investigaciones”, el de las subvenciones enmascaradas como estudios o tareas I+D+i
. afirmábamos que “por el “boom” cambio climático/energías renovables sufrido en los últimos años, algo frenado ya entonces por las falsedades cometidas por los denominados ”calentólogos” en apoyo de sus teorías, no hay Autonomía, ni Universidad que no haya puesto en marcha un proyecto “integral, ambicioso, singular y estratégico” sobre la biomasa energética.
. y recordábamos a todos los ahora desmemoriados :
- que todos los proyectos, incluso los bioenergéticos, sólo serían aceptables si alcanzasen un balance energético neto positivo, de forma sostenida y con una eficiencia económica rentable…
- que el fraude en I+D+I es tema real y de absoluta gravedad y más en los asuntos bioenergéticos
- que en la Bioenergía el “camelo” bio-eco-sostenible anda suelto y
- que estamos financiando estupideces con unos euros que no tenemos, proyectos sobre temas ya estudiados por todos, plagios clamorosos, traducciones incluso mal hechas... subvencionamos sin límite retroalimentando así el sistema"…
La política en I+D+i sobre los cultivos energéticos en general y, en particular, sobre los destinados a biocarburantes, ha sido ajena a la obtención de resultados. Solo con una verdadera planificación científica, con una única Autoridad que evite los centrifugados y las dispersiones de los escasos medios disponibles, pueden justificarse los esfuerzos en I+D+i en áreas estratégicas, los biocarburantes no lo son, ¡muy al contrario!, de una sociedad totalmente agotada y esquilmada".
Y terminábamos afirmando que "es necesario eliminar duplicidades, que es totalmente inadecuada la existencia de un centro de investigación biotecnológica o un parque científico prácticamente en cada autonomía, que los políticos no deben decidir sobre la elegibilidad de los proyectos de investigación, que se ha cometido el error de llenar los centros de investigación de funcionarios, que con crisis o sin crisis es necesario hacer una reestructuración a fondo de todo el sistema de I+D+i buscando la eficacia perdida".
Con la Agencia Estatal de Investigación, nos dijeron oficialmente, se da cumplimiento a la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación de 2011, a la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2015 y al Programa Nacional de Reformas. Además, se establece un modelo equiparable con los países punteros en ciencia de la UE y se siguen las recomendaciones del Consejo de la UE y del ERAC Peer Review, responsable de la auditoría en 2014 del sistema español de ciencia, tecnología e innovación a petición del Ministerio de Economía y Competitividad.
Por supuesto dijimos y pensamos nosotros, que la nueva Agencia, como toda creación pública, se nos presentaba por los poderes públicos como paradigma del "camino a recorrer", como la gran solución para todos los despilfarros cometidos en los últimos años, pero siempre estuvimos y estamos muy de vuelta de casi todos los "edenes" anunciados desde el poder. ¡Queríamos y seguimos queriendo ver cómo se desarrolla la nueva criatura.
Hoy escasamente un trimestre después de su creación, parece que el el bebé, (la Agencia creada), se ha partido las piernas al dar sus primeros pasos…¡qué pena verdad!
Parece que seguirá el fraude en los desarrollos de los programas I+D+i y que seguiremos creando nuevos Comités de ética….que nunca se ponen definitivamente en marcha y son, en sí mismo según nos dicen de nuevo, una nueva estafa añadida al fraude ya existente para el ciudadano.
Nadie parece controlar nada. El despilfarro, el fraude y la estafa son, una vez más, los denominadores comunes en muchos programas de I+D+i